La palabra precisa
Una de las razones por las que esperaba con impaciencia a que pasaran los cuatro años que separan a un Mundial de Fútbol del siguiente era la ilusión de escuchar las narraciones del mexicano Pablo Ramírez, también conocido como “La torre de Jalisco”.
Cuando empezó este mundial lo busqué en los canales en español aquí en el país del sueño, pero no pude encontrarlo. Indagando un poco más, pude saber que Ramírez se quedó por fuera de “la fiesta orbital” a causa de las avasallantes transacciones que hacen que los emporios económicos se traguen lo que encuentran a su paso.
Cada vez que una empresa se apodera de otra hay despidos masivos y hay gente que incomoda, para poder seguir generando ganancias, y a causa de esos tejemanejes para los que poco importa la calidad de las personas el Mundial de Catar se quedó sin uno de los pocos poetas que tiene el fútbol en el mundo hispano.
Como los gritos hace mucho dejaron de impresionarme, decidí quedarme con los narradores y comentaristas de los canales en inglés. Siempre he sentido una secreta admiración por su mesura y la pertinencia de sus comentarios, por los silencios en los goles que permiten escuchar las alegrías de los estadios. A falta de la Torre de Jalisco me doy por bien servido con lo que está ofreciendo el canal oficial de Mundial del país donde vivo.
Para la muestra, ofrezco dos botones. Primero (arriba), el mejor gol de Brasil ayer contra Corea del Sur. Aunque el video que reproduzco ha sido alterado con música de fondo, todavía es posible apreciar la elegancia, la mesura en las palabras, la valoración de cada gesto técnico, el respeto silencioso por la emoción de aquel instante. La mesura del narrador y el comentarista (Rob Stone) no excluye la hipérbole, la metáfora, la exclamación exaltada (“esto, aquí, es una pura cochinada”).
El segundo botón es todavía más poético. Ocurrió al final de la tanda de cobros desde el punto de penal entre España y Marruecos. La tensión era máxima. Siglos de historia estaban en juego en ese golpe de pelota y el narrador (Ian Darke) estuvo a la altura de las circunstancias. Mientras Hakimi se acercaba al balón, el narrador contó que ese jugador había nacido en Madrid, que su madre era una inmigrante que había limpiado casas en Madrid, que su padre fue vendedor ambulante en las calles de Madrid y que la misma selección española había querido que jugara para ellos. El narrador dejó que los espectadores entendieran por sí mismos la belleza de ese instante en el que lo más profundo y significativo era que el jugador que le daría el triunfo a Marruecos hubiera elegido la patria de sus padres, que hubiera decidido rendirle un homenaje a todos sus sacrificios.
Mira el gol de Hakimi y escucha la narración en este enlace.
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